viernes, 9 de julio de 2010

I have a probem

Dicen que reconocerlo es el primer paso...

sábado, 3 de julio de 2010

9

- Sabes a lo que nos referimos cuando hablamos de la "anguila sin casa"?
No tenía ni idea de qué hablaba y así se lo dije.
- Los hombres tienen una especie de... bueno, de "anguila" -dijo-. Las mujeres no la tienen. Pero los hombres sí. Está situada...
- Creo que sé a lo que se refiere -dije-, pero no sabía que se llamaba anguila.
- No es una anguila de verdad -dijo Mameha-. Pero hacer que es una anguila facilita las cosas. Así que imaginemos que lo es. La cosa es así: esta anguila se pasa toda la vida intentando encontrar una casa, ¿y qué crees tú que tienen las mujeres dentro de ellas? Una cueva donde a las anguilas les gusta vivir. Esta cueva es de donde sale la sangre todos los meses, cuando las «nubes cubren la luna», como se suele decir.
Ya era lo bastante mayor para comprender lo que Mameha decía de las nubes cubriendo la luna, pues ya hacía varios años que lo había experimentado. La primera vez no me habría asustado más si hubiera estornudado y hubiera encontrado un trozo de mis sesos en el pañuelo. Estaba realmente asustada, creyendo que me iba a morir, hasta que la Tía me encontró un día lavando un trapo manchado de sangre y me explicó que sangrar era sencillamente una parte de lo que era ser una mujer.
-Puede que no lo sepas -dijo Mameha-, pero las anguilas son muy territoriales. Cuando encuentran una cueva que les gusta se deslizan dentro y se dan unos meneos para asegurarse de que..., bueno de que es una cueva agradable. Y cuando por fin deciden que es lo bastante confortable, marcan la cueva como territorio propio... escupiendo. ¿Entiendes?
Si Mameha me hubiera dicho sin más lo que trataba de decirme, seguro que me habría asustado, pero, al menos, descifrando todo aquello me distraje un poco. Años después descubriría que así fue también como se lo había explicado a Mameha en su momento su hermana mayor.
-Y aquí viene la parte que te va a parecer más extraña -continuó Mameha, como si lo que acabara de decirme no me lo pareciera ya bastante-. A los hombres les gusta mucho hacerlo. De hecho, hay hombres que apenas hacen otra cosa en la vida que buscar diferentes cuevas para su anguila. La cueva de una mujer en la que nunca ha entrado una anguila es particularmente apreciada por los hombres. ¿Entiendes? A esto le llamamos mizuage.







Te quiero, a ti y a tu anguila :)
Gracias por esos nueve meses que me dejaste pasar a tu lado.